Hace algún tiempo conocí a un venezolano que se enamoró de Costa Rica y se quedó para siempre.
De él escuché la mejor explicación del por qué las playas de Costa Rica son tan apetecidas en el mundo, cuando no tienen la arena blanca de los países del Caribe y, en muchas ocasiones, tampoco el agua cristalina, de color azul intenso.
Él me decía que en las islas del Caribe la mayoría de las playas son iguales. La arena blanca, el agua cristalina y las palmeras. Siempre lo mismo.
En Costa Rica en cambio, las playas están rodeadas por el verde de los árboles, que se vuelve más intenso en invierno y más seco en verano.
Al fin de cuentas, sobresale el entorno natural, distinto y salvaje, como los anuncios que se exhiben en el exterior y muestran a Costa Rica como un destino paradisíaco.
Costa Rica no es igual todos los días. Por el contrario. La vegetación abunda y florece, en una sinergia especial entre la arena, el mar y la diversidad natural, en la que es casi normal encontrarse con algún animalito en el camino.
Las posibilidades son múltiples. Por eso quiero asumir que hay una decena de lugares extraordinarios para extasiarse de naturaleza y la mayoría conoce, como Manuel Antonio.
Pero también hay otros destinos más vírgenes y poco frecuentados en los que puede adentrarse. Nos fuimos a hacer este ride de playas vírgenes con ‘Vamos a Turistear’. Conozca estos tres destinos:
Lo visité por primera vez y me encantó. El camino, bien asfaltado, me llevó por un recorrido repleto de árboles, con los monos congos gritando y los pájaros cantando al mismo tiempo.
El hermoso paisaje da una pincelada de lo que vendrá más adelante, cuando ingreso a la playa y me recibe un pequeño pizote que camina sin temores.
El Refugio de Vida Silvestre Bahía Junquillal en Guanacaste tiene una playa de arena blanca, un mar color turquesa con escasas olas y senderos que permiten apreciar la flora y la fauna viva.
Este spot pasa la mayoría del tiempo desolado, pese a que tiene zona para pic-nic y un espacio habilitado para acampar.
No miento cuando digo que esta playa está perdida en el mundo. Cativo pertenece al Parque Nacional Piedras Blanca en Golfito, el menos visitado en Costa Rica (prácticamente nadie va).
Esta realidad se puede explicar por el difícil acceso. Le sugiero llegar al centro de Golfito y tomar una lancha. En menos de 15 minutos llegará a las playas angostas que pertenecen a esta área protegida.
¿Qué se encontrará? Probablemente el agua de mar más clara que haya visto en su vida, con un oleaje prácticamente imperceptible.
Es absolutamente calma y desde ya le digo, que en el propio bote se asombrará de lo mucho que se aprecia en el fondo del mar. Cativo está rodeado de palmeras y árboles, en donde los monos se sienten tan tranquilos que se columpian en las ramas que están cerca de la costa.
Muy cerca hay un arrecife, que entre los lugares se le conoce como ‘Tortuga’. Los turistas se lanzan con su equipo de snorkel y pueden apreciar peces de colores.
Siempre digo que Cahuita es lo más cercano a esos sillones reclinables que dan masajes. Ambos quitan el estrés y relajan con una facilidad pasmosa.
Cahuita es inmenso, hay playas de playas, unas mejores que otras. Le recomiendo playa Puerto Vargas, a la que puede llegar desde el acceso principal del Parque Nacional Cahuita.
Pero no basta con la playa. La experiencia hay que complementarla con los increíbles senderos que se distribuyen a lo largo del Parque.
Le garantizo que aquí disfrutará de una verdadera experiencia natural. Con flora y fauna viva; mapaches, pizotes, monos que se cuelgan sobre los árboles que están relativamente cerca de los senderos.
Nunca olvidaré el gesto de dos franceses que se reían como niños al ver a los monos tan cerca suyo. No paraban de disfrutar ese momento mágico en un rincón único de Costa Rica.
Sí se anima, también puede pagar un tour de snorkel desde playa Blanca de Cahuita. Vale la pena. Los peces de colores son increíbles y la experiencia cumple con todas las expectativas.