Por Brenda Alfaro
Uno, dos, tres, y hasta cuatro veces se escuchan a gritos las ofertas de los trabajadores locales de Manuel Antonio, algunos me ofrecían un parqueo a cuatro mil colones, otros a cinco mil y muchas veces con solo caminar o negociar un poquito accedían a cobrarnos tres mil.
Claro y no me puede faltar mencionar las ofertas de agua de pipa, entradas al Parque Nacional, o cualquier tipo de pulsera que se puedan imaginar. El arte del regateo es la carta bajo la manga de quien visita el lugar, pero lo que más me llamó la atención sin duda alguna fueron los paracaídas de colores que se aprecian en el cielo, desde la costa de playa Espadilla, en el centro de la zona.
Determinada a averiguar de dónde provenían los paracaídas, y hablando con algunos locales, conseguí un tour de “Parasailing”.
Este actividad consiste en una lancha que lleva amarrada un paracaídas, diseñado especialmente para volar sobre la playa. Este instrumento se eleva y tiene capacidad de llevar hasta tres personas a bordo.
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El recorrido tarda aproximadamente 15 minutos, dependiendo del tour… y de la oferta. En los primeros 2 puestos que visité, me cobraron hasta 130 dólares por dos personas, y un cuarto de hora en el cielo.
«Un precio sumamente cómodo», según las palabras del muchacho que me atendió.
Como no le creí mucho el cuento, caminé un poquito más por la playa hasta encontrarme con un toldo con el nombre de Aguas Azules.
Esta es una de las empresas pioneras en este tipo de actividad. Llevan 25 años en el mercado y ofrecen tours tanto de parasailing y otros deportes acuáticos.
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Al final me cobraron 100 dólares, en un tour para dos personas. Como les decía, aquí el que regatea gana.
Si van a hacer parasailing deben tomar en cuenta varios detalles. Lo mejor es ir en short, pantaloneta o algo que los cubra, pues van amarrados con arneses y no son tan cómodos. Es decir, en vestido de baño terminarán raspados.
Sé que hoy en día los selfies son fundamentales. Si tiene una cámara contra agua, algo parecido a una GoPro, puede llevarla tranquilamente, siempre y cuando la lleve amarrada a su cuerpo.
Sí decide cargarla en su mano no le garantizo nada, pues una ráfaga de viento puede causar que se le suelte.
A muchas personas les dan pánico las alturas, si usted es de esas, créame que este tour no le gustará mucho, aún cuando estar allá arriba es increíble.
El paisaje es extraordinario. La paz y la libertad que se siente en el cielo no tiene comparación y bajarse no es nada complicado.
Poco a poco, el paracaídas se acerca al agua, al punto de que apenas me di cuenta cuando me senté en el jet ski que me llevó a la costa.
Al tocar el mar, hay que soltar los ganchos de los arneses con ayuda de dos muchachos del tour. Luego toca montarse en la moto de agua y listo.
El Parasailing es una experiencia única. La recomiendo a todo aquel que desee vivir una aventura diferente en la playa. Sí le teme a las alturas, piénselo bien, puede que no lo disfrute tanto como lo hice yo.