Este destino se convirtió en el único centro de rescate marino de Costa Rica y encargado de salvar a cientas de especies cada año
Cuando me invitaron, por primera vez, al Parque Marino del Pacífico, hubo un momento que capturó mi atención.
Caminaba por el acuario del parque porteño, observando con cuidado a los peces, cuando observé a una hermosa tortuga que se movía lentamente.
Su nombre es ‘Manchitas’.
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De inmediato noté una particularidad en esta tortuga: no movía sus aletas traseras.
Quedé como en shock y le pregunté al guía que nos hacía el recorrido si me podía explicar por qué Manchitas tenía esta limitante.
Resulta que es una tortuga parapléjica, es decir, no tiene movilidad en sus aletas traseras.
Manchitas sufrió una fractura tan fuerte en el caparazón que esto produjo que se le rompieran tres vértebras.
Al parecer, esto se dio porque sufrió un fuerte golpe de una propela, la hélice que forma parte del motor de los barcos.
Es decir, es muy probable que algún barco la haya atropellado hasta dejarla casi muerta.
Manchitas fue rescatada y llevada al Parque Marino del Pacífico, en donde la atendieron y lograron salvarla.
Resulta que este lugar, ubicado en Puntarenas, se convirtió en el único centro de rescate marino de Costa Rica.
En principio, era visto como un lugar para atraer el turismo, pero con el tiempo decenas de personas empezaron a llevar a animales por distintas causas.
Por ejemplo, leí en ENO Costa Rica la historia de ‘Minina’, un tiburón nodriza que le debe la vida al Parque Marino, pues pasó tres días amarrada de la cola en el muelle de Puntarenas, luchando por sobrevivir y tratando de liberarse.
Al parecer, alguien la amarró ahí solo por hacer el daño y que agonizara.
Los amigos de Tour y Aventura también nos contaron sobre «Karina Victoria», una tortuga lora que sufre una doble amputación en sus aletas anteriores, producto de un golpe de una propela de un barco.
Es decir, el Parque Marino del Pacífico evolucionó. Ya no es solamente un lugar de recreo, sino también un destino para contribuir y ayudar a miles de especies marinas.
Por desgracia, la pandemia afectó con dureza este lugar, pues durante algún tiempo las personas dejaron de aproximarse el Parque Marino.
Con pocos ingresos, la organización lucha por sobrevivir y alimentar a todas estas especies.
Manchitas, Minina, Karina Victoria y todas las especies marinas que rescató este destino necesitan nuestra ayuda.
¡Anímese a conocer el Parque Marino! El horario es de martes a domingo de 9 a.m. a 4: 30 p.m., y el costo de la entrada es de 2.900 colones. En el caso de los niños, pagan 1.600 colones.
También puede ayudar con una donación a través de Sinpe Movil (8864-6556), o compartiendo esta publicación de manera pública en sus redes sociales.